La limpieza y la reparación de los depósitos de combustible es un procedimiento fundamental para alargar la vida de los diferentes depósitos y tanques de combustible y evitar accidentes por derrames, fugas o pérdidas. En su interior se genera lodo, barro y diferentes sedimentos e impurezas que afectarán considerablemente al gasóleo que va a los quemadores tanto de vehículos como de calefacciones. También se generará agua que es necesario eliminar para evitar averías grandes en los motores y en los quemadores. El agua, también puede producir oxidación y corrosión en el interior de los depósitos. Esta oxidación y corrosión suele afectar a la estanqueidad de los propios depósitos, llegando a perforarlos con la consecuencia de derrames indeseados. Hay que evitar llegar a esa perforación, por ello aconsejamos realizar limpiezas periódicas y realizar las reparaciones menores que pudiesen surgir en el proceso.